•NotÃcia
Un informe de la Universitat Politècnica de Catalunya alerta sobre el estado de la salud visual en América Central
El Informe sobre Salud Visual en América Central, elaborado por la Cátedra UNESCO en salud visual y desarrollo de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) pone de relieve la situación precaria en salud visual de América Central y la carencia de recursos destinados a la atención de los pacientes en estos paÃses. El informe contiene datos sobre el número de profesionales, de centros especializados, de centros de formación, de accesibilidad a los servicios sanitarios y de las polÃticas preventivas en Honduras, Guatemala, Nicaragua, El Salvador, Panamá, Belice y Costa Rica.
El informe, exhaustivo y objetivo, se ha elaborado mediante un protocolo denominado Sistema de Atención Visual Mundial (SAVIM) en el que tienen que constar 17 temáticas diferentes agrupadas en dos grandes áreas: contexto socioeconómico de la región y salud visual.
Los datos socioeconómicos que se desprenden del estudio reflejan una realidad ya conocida y presentada en otros informes, pero ayuda a enmarcar y hacer un diagnostico más exhaustivo sobre el estado de la salud visual en estos paÃses, y a establecer recomendaciones y acciones eficaces que puedan mejorarla o atenuarla. Profesionales de la salud visual
En cuanto al objeto principal del informe, este detalla en múltiples apartados una realidad y un futuro preocupantes. AsÃ, por ejemplo, se cifra el número de profesionales de la salud visual en estos 7 paÃses. Belice sólo cuenta, en todo el paÃs, con 3 ópticos de nivel secundario, y Nicaragua, con 15 profesionales de formación universitaria, presenta una situación similar a la de El Salvador. En cambio, en Costa Rica hay colegiados 350 profesionales de este ramo. En toda América Central, excepto en Costa Rica y Guatemala, es el médico de cabecera quien ofrece atención visual primaria.
Con respecto al número de oftalmólogos con formación universitaria, Guatemala es el paÃs que cuenta con más profesionales, un total de 155. Nicaragua y Honduras son los peor dotados, con 55 profesionales respectivamente.
Las ratios por cada 100.000 habitantes de ópticos y optometristas muestran la verdadera realidad de estas cifras: en Honduras hay 1,8 ópticos por cada 100.000 habitantes; en Nicaragua, hay 2,2; en Guatemala, 2,8, y Belice cuenta sólo con 1,3. En España este ratio es de 25,2 y en los Estados Unidos es de 30,3.
El panorama con los oftalmólogos es aún peor. Belice no tiene especialistas en oftalmologÃa; el ratio en Honduras es de 0,8 por cada 100.000 habitantes; en Nicaragua, de 1 y en Guatemala, de 1,3. En España trabajan 5,8 oftalmólogos por cada 100.000 habitantes y en los Estados Unidos, 6. El único paÃs centroamericano que se acerca en este último porcentaje es Panamá, con 4,6 oftalmólogos por cada 100.000 habitantes.
Formación en atención a la salud visual
El estudio de la Cátedra UNESCO de la UPC en salud visual y desarrollo dedica también un apartado a mostrar un panorama general de los centros que imparten formación especializada en algunas de las profesiones relacionadas con la salud visual.
De este análisis se desprende un dato preocupante: no existe en toda la región ninguna universidad que ofrezca programas en optometrÃa. Sólo Guatemala y Costa Rica disponen de estudios universitarios de grado medio en esta disciplina, en centros de titularidad privada, y con un coste anual que oscila entre los 738 € y los 860 €, lo que supone un 49% de los ingresos anuales familiares de un ciudadano. En España hay 8 centros universitarios (dos de los cuales son privados) que forman ópticos y optometristas.
En cuanto a la formación en oftalmologÃa, los números son muy ilustrativos: en Nicaragua, Honduras y El Salvador, respectivamente, sólo existe un centro de formación reglada. El ratio en el caso de Honduras es de un solo centro para casi 7 millones de habitantes. En Guatemala y Costa Rica hay dos centros de formación de oftalmólogos y en Panamá hay cuatro. Todos estos centros generan dos titulados anuales en Honduras, Guatemala y Nicaragua, y 16 en El Salvador. El número total de estudiantes de oftalmologÃa en todos los paÃses centroamericanos es de 66, el 50% de los cuales son mujeres.
No obstante, hay planes de futuro que atenuarán en parte esta situación. Se contempla la posibilidad de creación de centros públicos de formación. Uno, en Guatemala y otro, en Honduras. En El Salvador se trabaja en la implantación de una licenciatura en optometrÃa y en Panamá se pretende crear un programa de doctorado en la misma disciplina.
Redes de atención visual y acceso de la población
La atención sanitaria pública en los paÃses centroamericanos es precaria. En Nicaragua hay casi un millón de personas sin acceso a servicios de salud; casi 2 millones en Guatemala; millón y medio, en Honduras y un millón de personas en El Salvador.
Como consecuencia de este hecho, el acceso a la salud visual es igualmente deficitario. En Nicaragua hay un hospital público por cada 1.800.000 de habitantes; en Guatemala, uno por cada dos millones, y en Honduras, uno por cada 1.340.000 de habitantes. Tanto en Nicaragua como en Guatemala, El Salvador, Panamá y Costa Rica, todos los hospitales públicos se concentran en la capital del paÃs.
Si un habitante de Nicaragua necesita operarse de cataratas en un centro público ha de invertir el 325% de sus ingresos mensuales; el 40% en el caso de Guatemala; el 30% en Honduras, el 20% en El Salvador y el 100% en Panamá. En el caso de Costa Rica este tipo de operaciones son gratuitas. El número anual de operaciones de cataratas es casi de 500 en Nicaragua y Honduras; entre 500 y 750 en El Salvador y Belice, y entre 1.000 y 1.500 en Costa Rica. Los precios más altos de las consultas oftalmológicas los pagan los habitantes de Nicaragua, con 3 dólares USA.
En lo que se refiere a la red privada de hospitales de salud visual, los precios se disparan. En Nicaragua, un paciente que necesita operarse de cataratas en un centro privado tiene que invertir el 1.700% de su sueldo mensual. El 500% en Guatemala, el 740% en Honduras; el 280% en El Salvador y el 340% en Panamá. Una consulta oftalmológica privada supone el 50% del sueldo mensual para un habitante de Nicaragua; el 13% en Guatemala; el 18% en Honduras, el 8,4% en El Salvador y el 9,6% en Panamá.
El precio de unas gafas en Centroamérica
En cuanto al número de ópticas, los ratios son muy bajos. En Nicaragua hay 1,48 ópticas por cada 100.000 habitantes; 2,5 en Guatemala; 1,5 en Honduras; 4 en El Salvador; 2,6 en Panamá y 7,1 en Costa Rica. La mayor parte de estos establecimientos se concentran en las capitales. En España, por cada 100.000 habitantes hay 20 ópticas, de las cuales el 14,4% están ubicadas en Madrid. El precio de unas gafas supone el 62,4% del sueldo mensual en Nicaragua; el 41% en Guatemala; el 33,6% en El Salvador y el 12% en Panamá.
Salud visual, trabajo y desarrollo
La falta de asistencia en este campo, no solo hace disminuir la salud del individuo, sino que lo hace más vulnerable ante la pobreza, ya que le dificulta el desarrollo de tareas que requieren una buena visión y, por lo tanto, empeora la calidad la de su trabajo. Por lo tanto, este individuo puede perder su lugar de trabajo.
El equipo de la Cátedra UNESCO de la UPC en salud visual y desarrollo ha calculado las necesidades visuales en el entorno laboral partiendo de las 9 ramas profesionales consideradas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El resultado muestra que la visión necesaria para trabajar en Centroamérica es directamente proporcional con su Ãndice de desarrollo humano. Destaca el alto valor de necesidades visuales en el lugar de trabajo obtenido en Costa Rica, Panamá, Belice y El Salvador. Muy por debajo les siguen Honduras, Nicaragua y Guatemala, paÃses menos industrializados y con una mayor parte de la población dedicada a trabajos relacionados con la agricultura y la minerÃa.
Datos epidemiológicos y polÃticas preventivas
Según este estudio, no hay datos epidemiológicos públicos fiables y amplios debido a la falta de recursos para la investigación de la salud visual. En consecuencia, los grupos de riesgo reciben poca o nula información para evitar disfunciones y enfermedades oculares; no saben identificar los sÃntomas si ven borroso, tampoco si tienen el ojo rojo, dolor o picor de ojos y además desconocen qué hacer en cada caso. Este hecho conlleva a una baja demanda activa de los servicios de salud visual, que queda reflejada en una afluencia limitada a los centros de asistencia, aunque las dificultades de accesibilidad a los servicios también son la causa.
En los colectivos de niños, jóvenes y personas mayores la demanda pasiva es elevada; estos son los casos que no piden asistencia porque desconocen que hay un tratamiento especÃfico, porque los precios de los servicios son elevados, porque no pueden desplazarse o porque la calidad del servicio no es la adecuada y no confÃan en el sistema de medicina tradicional occidental.
El estudio amplio y exhaustivo analiza también otros aspectos relacionados con la salud visual en esta región del mundo. AsÃ, por ejemplo, hay cifras y datos sobre la educación, los niveles de alfabetización, el consumo cultural, el uso de las nuevas tecnologÃas, la legislación vigente de asociaciones gremiales y profesionales, o los estudios sanitarios, entre otros.
Informe
Cà tedra UNESCO de la UPC en visió i desenvolupament
2005-09-15
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