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Un estudio de la UPC analiza la resistencia del papel reciclado
El trabajo se ha llevado a cabo como proyecto final de carrera en los laboratorios de la especialidad Papelera y Gráfica, de la ETSEIT
30/04/1999
Los papeles de impresión y escritura reciclados que existen en el mercado duran centenares de años, una duración similar, o en algunos casos superior, a la del resto de papeles normales de fibra virgen. Esta es una de las conclusiones de un estudio realizado en los laboratorios de la especialidad Papelera y Gráfica de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Terrassa (ETSEIT), de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC).
La aparición, hace unos años, de los papeles reciclados en el mercado ha suscitado dudas sobre su resistencia. Efectivamente, el papel tiene una vida limitada según su composición y características, y con el paso del tiempo envejece: pierde características mecànicas (tracción, rasgadura) y ópticas (se vuelve amarillento).
En el proceso de envejecimiento influyen múltiples factores, como la composición, las condiciones de fabricación del papel o el encolado en medio ácido, operación a la que se somete el papel en el transcurso de su fabricación. Este tratamiento, a base de colofonia y sulfato de aluminio, da una cierta hidrofobicidad al papel para que las tintas no se corran. La acidez que produce el sulfato de aluminio sobre el papel provoca un conjunto de reacciones que, con el paso del tiempo, hacen menguar las propiedades mecànicas y, en definitiva, debilitan el papel.
En el caso de los papeles a base de fibras vírgenes, el fabricante puede exceder un control sobre la composición y al fabricación del producto. Para ciertas aplicaciones, han surgido unos papeles denominados permanentes o de larga duración en los que, además de la composición, se controla el encolado que se hace en medio neutro o incluso alcalino.
Los ingenieros de la ETSEIT se han analizado seis tipos de papel reciclado y una muestra de papel no reciclado de fibra virgen, mediante métodos de envejecimiento acelerado, que consisten en poner el papel en estufas especiales, a una temperatura relativamente elevada. Esto hace que todas las reacciones de envejecimiento se aceleren y, así, se puedan analizar las consecuencias de envejecimiento. En dicho estudio se ha sometido el papel a una temperatura de 80°C y una humedad relativa del 65% (según la norma ISO 5360).
La norma alemana DIN 6738 permite la predicción de la duración del papel a partir del estudio de la pérdida de ciertas propiedades -tracción, alargamiento y rasgadura). Esta norma estàndar exige que se cumplan unas condiciones mínimas en el papel, para aplicar el proceso de envejecimiento por estufa.
El envejecimiento acelerado se hace en ciclos de 6,12 y 24 días. Después, las muestras se sacan de la estufa y se determinan las características físicas mencionadas. Cada una de las propiedades del papel envejecido se compara con la misma propiedad existente antes del proceso. Esta operación da como resultado unos coeficientes o factores que, según la norma DIN, permiten clasificar los papeles según su duración.
Más de cien años
Siguiendo este método los expertos de la ETSEIT han detectado cuatro clases de papel reciclado, según su duración: la primera clase es la de papeles permanentes, la segunda es la de papeles que duran diversos centenares de años, la tercera clase, la de los que duran un mínimo de cien años y la cuarta es la de resistencia mínima (50 años). De los seis tipos de papeles estudiados, que no son papeles permanentes o resistentes al envejecimiento, cuatro son de segunda clase (más de cien años), incluido el papel no reciclado, y dos son de tercera clase, es decir, tendrían una resistencia previsible de cien años. Tampoco se ha encontrado ninguna muestra de duración mínima (50 años).
Del estudio, que ha sido objeto de un proyecto final de carrera realizado por el estudiante Jeremies Soler, se desprende que los papeles reciclados existentes en el mercado tienen una duración de cien años o más, resistencia similar o en algunos casos superior a la que tienen los papeles de fibra virgen.
Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Terrassa
1999-04-30
La aparición, hace unos años, de los papeles reciclados en el mercado ha suscitado dudas sobre su resistencia. Efectivamente, el papel tiene una vida limitada según su composición y características, y con el paso del tiempo envejece: pierde características mecànicas (tracción, rasgadura) y ópticas (se vuelve amarillento).
En el proceso de envejecimiento influyen múltiples factores, como la composición, las condiciones de fabricación del papel o el encolado en medio ácido, operación a la que se somete el papel en el transcurso de su fabricación. Este tratamiento, a base de colofonia y sulfato de aluminio, da una cierta hidrofobicidad al papel para que las tintas no se corran. La acidez que produce el sulfato de aluminio sobre el papel provoca un conjunto de reacciones que, con el paso del tiempo, hacen menguar las propiedades mecànicas y, en definitiva, debilitan el papel.
En el caso de los papeles a base de fibras vírgenes, el fabricante puede exceder un control sobre la composición y al fabricación del producto. Para ciertas aplicaciones, han surgido unos papeles denominados permanentes o de larga duración en los que, además de la composición, se controla el encolado que se hace en medio neutro o incluso alcalino.
Los ingenieros de la ETSEIT se han analizado seis tipos de papel reciclado y una muestra de papel no reciclado de fibra virgen, mediante métodos de envejecimiento acelerado, que consisten en poner el papel en estufas especiales, a una temperatura relativamente elevada. Esto hace que todas las reacciones de envejecimiento se aceleren y, así, se puedan analizar las consecuencias de envejecimiento. En dicho estudio se ha sometido el papel a una temperatura de 80°C y una humedad relativa del 65% (según la norma ISO 5360).
La norma alemana DIN 6738 permite la predicción de la duración del papel a partir del estudio de la pérdida de ciertas propiedades -tracción, alargamiento y rasgadura). Esta norma estàndar exige que se cumplan unas condiciones mínimas en el papel, para aplicar el proceso de envejecimiento por estufa.
El envejecimiento acelerado se hace en ciclos de 6,12 y 24 días. Después, las muestras se sacan de la estufa y se determinan las características físicas mencionadas. Cada una de las propiedades del papel envejecido se compara con la misma propiedad existente antes del proceso. Esta operación da como resultado unos coeficientes o factores que, según la norma DIN, permiten clasificar los papeles según su duración.
Más de cien años
Siguiendo este método los expertos de la ETSEIT han detectado cuatro clases de papel reciclado, según su duración: la primera clase es la de papeles permanentes, la segunda es la de papeles que duran diversos centenares de años, la tercera clase, la de los que duran un mínimo de cien años y la cuarta es la de resistencia mínima (50 años). De los seis tipos de papeles estudiados, que no son papeles permanentes o resistentes al envejecimiento, cuatro son de segunda clase (más de cien años), incluido el papel no reciclado, y dos son de tercera clase, es decir, tendrían una resistencia previsible de cien años. Tampoco se ha encontrado ninguna muestra de duración mínima (50 años).
Del estudio, que ha sido objeto de un proyecto final de carrera realizado por el estudiante Jeremies Soler, se desprende que los papeles reciclados existentes en el mercado tienen una duración de cien años o más, resistencia similar o en algunos casos superior a la que tienen los papeles de fibra virgen.
Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Terrassa
1999-04-30
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