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Microfotografías de un mundo invisible, realizadas por un titulado del CITM de la UPC en Terrassa, se publican en la revista National Geographic
Josep Palou, graduado en fotografía por el Centro de la Imagen y la Tecnología Multimedia (CITM) y técnico especializado del Departamento de Ciencias de los Materiales en el Campus de la UPC en Terrassa, ha realizado un conjunto de 22 fotografías de insectos, flores, polen y materiales no biológicos, que muestran la parte estética y artística de un mundo invisible espectacular y sorprendente. Cuatro de estas fotografías se publican en el número de marzo de la revista National Geographic.
31/03/2004
Un mundo que existe pero que no se ve ha sido el objeto del trabajo de Josep Palou (Barcelona 1973, residente en Vacarisses). Se trata de un trabajo a caballo entre la ciencia y el arte. Hormigas, gusanos milimétricos, granos de polen, flores y arañas han sido algunos de los modelos involuntarios de los que el autor ha captado imágenes sorprendentes y espectaculares. En total, 22 fotografías que forman parte de su trabajo de final de carrera. El reverso de una hoja de encina, la punta de una antena de insecto, cristales de sal marina y el detalle de la planta del pie de un bicho bola son las cuatro fotografías que ha publicado la edición española de la revista National Geographic en el número de marzo.
Palou ha utilizado el microscopio electrónico del Campus de la UPC en Terrassa para obtener imágenes de diferentes muestras y colorearlas digitalmente después. Gracias a la adquisición de este microscopio electrónico por parte de la Universidad, Palou ha podido utilizarlo para acabar sus estudios. Esto y su preferencia por la macrofotografía le han hecho pensar en unir sus conocimientos como técnico del microscopio del Campus de Terrassa y como fotógrafo. Así, ha descubierto imágenes con gran atractivo visual que conectan la ciencia con el arte. Palou pretende dar a conocer la técnica de microscopia electrónica de rastreo al público general, popularizarla y hacer atractivo el mundo escondido y casi invisible de la naturaleza.
La técnica científica y artística
Josep Palou ha utilizado una técnica muy específica para sus trabajos. Distingue entre muestras conductoras y no conductoras de electricidad. Las conductoras son las biológicas, que se tienen que recubrir con una aleación de entre 10 y 15 nanómetros de oro-paladio (un nanómetro equivale a la millonésima parte de un milímetro).
La muestra se engancha al portamuestras con una cinta adhesiva de carbón (material conductor de la electricidad), se introduce dentro de la cámara de vacío del microscopio y la imagen ya se puede captar digitalmente. Hace falta después rastrear la parte más atractiva del modelo utilizando criterios estrictamente fotográficos como la profundidad de campo o la distancia de trabajo. De hecho, la selección de las muestras ha sido una de las partes más importantes del trabajo, dado que no todas servían para la dualidad científico-artística.
Una vez que el autor ha elegido la imagen y la ha captado, entra en juego la tarea de darle color con técnicas digitales, puesto que lo que se ve en el microscopio es en blanco y negro. Esta parte es fundamental para el resultado final, porque elegir uno u otro color en según qué partes de la imagen aportará a la fotografía un mayor valor estético. Además, es importante la elección de los colores, sobre todo con respecto a la distinción visual del público entre las diferentes partes de la muestra elegida. Palou utiliza colores complementarios, como por ejemplo el magenta y el verde, puesto que se combinan mejor y visualmente dan más resultados.
En cuanto a las muestras conductoras de electricidad, la preparación es mucho más sencilla porque se ahorra la parte del recubrimiento con la aleación de oro-paladio. En estas muestras entran materiales como por ejemplo un filamento de bombilla. Los resultados de los 8 meses de trabajo paciente y constante que Palou ha invertido son múltiples formas caprichosas, inimaginables y totalmente inéditas; detalles de insectos que nos hacen volar la imaginación y nos sorprenden; composiciones naturales, sin manipular -porqué en la realidad ya son suficientemente sugerentes- con contrastes y perspectivas alucinantes.
Posibles aplicaciones
Según Palou, la técnica que ha utilizado se podría aprovechar más en la industria de la imagen. Algunas salidas comerciales podrían ser imágenes decorativas en diferentes soportes o calendarios publicitarios, como por ejemplo el que la Fundación Politécnica de Cataluña editará, con 12 de las 22 fotografías de la colección.
Pero una de las aplicaciones que más le gusta a Palou es la didáctica. Colegios e institutos pueden sacar un provecho de este tipo de imágenes que presentan en primer plano las partes perfectamente definidas y contrastadas de seres vivos, invisibles al ojo humano y a los microscopios ópticos que se utilizan en los laboratorios docentes de las escuelas.
Conjunto de 22 fotografias
2004-03-31
Palou ha utilizado el microscopio electrónico del Campus de la UPC en Terrassa para obtener imágenes de diferentes muestras y colorearlas digitalmente después. Gracias a la adquisición de este microscopio electrónico por parte de la Universidad, Palou ha podido utilizarlo para acabar sus estudios. Esto y su preferencia por la macrofotografía le han hecho pensar en unir sus conocimientos como técnico del microscopio del Campus de Terrassa y como fotógrafo. Así, ha descubierto imágenes con gran atractivo visual que conectan la ciencia con el arte. Palou pretende dar a conocer la técnica de microscopia electrónica de rastreo al público general, popularizarla y hacer atractivo el mundo escondido y casi invisible de la naturaleza.
La técnica científica y artística
Josep Palou ha utilizado una técnica muy específica para sus trabajos. Distingue entre muestras conductoras y no conductoras de electricidad. Las conductoras son las biológicas, que se tienen que recubrir con una aleación de entre 10 y 15 nanómetros de oro-paladio (un nanómetro equivale a la millonésima parte de un milímetro).
La muestra se engancha al portamuestras con una cinta adhesiva de carbón (material conductor de la electricidad), se introduce dentro de la cámara de vacío del microscopio y la imagen ya se puede captar digitalmente. Hace falta después rastrear la parte más atractiva del modelo utilizando criterios estrictamente fotográficos como la profundidad de campo o la distancia de trabajo. De hecho, la selección de las muestras ha sido una de las partes más importantes del trabajo, dado que no todas servían para la dualidad científico-artística.
Una vez que el autor ha elegido la imagen y la ha captado, entra en juego la tarea de darle color con técnicas digitales, puesto que lo que se ve en el microscopio es en blanco y negro. Esta parte es fundamental para el resultado final, porque elegir uno u otro color en según qué partes de la imagen aportará a la fotografía un mayor valor estético. Además, es importante la elección de los colores, sobre todo con respecto a la distinción visual del público entre las diferentes partes de la muestra elegida. Palou utiliza colores complementarios, como por ejemplo el magenta y el verde, puesto que se combinan mejor y visualmente dan más resultados.
En cuanto a las muestras conductoras de electricidad, la preparación es mucho más sencilla porque se ahorra la parte del recubrimiento con la aleación de oro-paladio. En estas muestras entran materiales como por ejemplo un filamento de bombilla. Los resultados de los 8 meses de trabajo paciente y constante que Palou ha invertido son múltiples formas caprichosas, inimaginables y totalmente inéditas; detalles de insectos que nos hacen volar la imaginación y nos sorprenden; composiciones naturales, sin manipular -porqué en la realidad ya son suficientemente sugerentes- con contrastes y perspectivas alucinantes.
Posibles aplicaciones
Según Palou, la técnica que ha utilizado se podría aprovechar más en la industria de la imagen. Algunas salidas comerciales podrían ser imágenes decorativas en diferentes soportes o calendarios publicitarios, como por ejemplo el que la Fundación Politécnica de Cataluña editará, con 12 de las 22 fotografías de la colección.
Pero una de las aplicaciones que más le gusta a Palou es la didáctica. Colegios e institutos pueden sacar un provecho de este tipo de imágenes que presentan en primer plano las partes perfectamente definidas y contrastadas de seres vivos, invisibles al ojo humano y a los microscopios ópticos que se utilizan en los laboratorios docentes de las escuelas.
Conjunto de 22 fotografias
2004-03-31
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